En el artículo anterior mencioné la deuda y todos los compromisos que adquieres al contraerlas. Por supuesto, yo abogo por el ahorro y la inversión. Pero también entiendo que hay compras que implican un gran desembolso de dinero, como una vivienda, que además, es un bien de primera necesidad, y es difícil disponer de todo ese dinero en un momento determinado.
En este caso, si no hay otra opción que la deuda, es fundamental hacer un estudio adecuado de tus finanzas, realiza un presupuesto y no te endeudes por encima del 30% aproximadamente de tus ingresos presentes y futuros. Recuerda que la deuda genera unos intereses que pueden crecer en el futuro, cuenta con ello para hacer tu estudio.
Pero, cada vez hay más personas endeudadas para financiar consumo puro. Para comprar bienes que no son necesarios, como renovar un móvil, una televisión, por ejemplo. Hay casos en los que las personas se endeudan por un plazo mayor a la vida del producto financiado, por ejemplo, siguen pagando unas vacaciones años después de disfrutarlas, y eso tiene un impacto negativo también a nivel emocional.
Para todos estos gastos, lo preferible es esperar hasta poder pagarlos. La mejor opción es el ahorro. Haz un presupuesto en el que destines una parte fija de tus ingresos a tu objetivo de ahorro. Con el ahorro, no estás renunciando a la compra del producto o servicio que deseas, sólo lo estás posponiendo para más adelante.
No adquieras deudas para comprar bienes que no son necesarios ni aquellos que con tus ingresos actuales no te puedas permitir.
Creo que nunca fue tan fácil comprar, te han puesto todo tipo de facilidades en los procesos de compra: puedes hacerlo desde cualquier parte del mundo y a cualquier hora a través de tu teléfono móvil, puedes hacerlo sin dinero, se puede acceder al dinero fácilmente, existe un gran marketing de créditos rápidos, financiación de todo tipo, etc. Te están invitando constantemente al consumo, a la compra compulsiva, gran amiga de la deuda y enemiga del ahorro.
Formándote en educación financiera, pronto te darás cuenta de que las deudas alejan del bienestar económico y que la mejor opción es el ahorro. Debes educarte en un consumo crítico, racional y responsable que te enseñe a administrar tu dinero de forma correcta evitando contraer deudas innecesarias.
Con buenos hábitos financieros, disciplina y motivación pronto disfrutarás de tu recompensa. Y te comparto dos últimos hábitos importantes para que incorpores a tu vida y a la de tus niños.
Ten mentalidad de abundancia! La verdadera riqueza eres TÚ y está en ti.
¡Primero el ser y luego el tener! Disfruta de lo que tienes y esfuérzate por lo que deseas
Buena suerte.
Juana
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