Una parte fundamental de educar a nuestros niños y niñas en finanzas es transmitirles comportamientos y valores que les hagan más felices y que contribuyan a crear una sociedad más feliz para todos.
Es muy importante que obtengan los conocimientos al mismo tiempo que les dotamos de buenos atributos en el corazón.
Una de los comportamientos que podemos tener con nuestro dinero es donar o compartir, utilizar parte de nuestro dinero en ayudar a otras personas.
La mayoría de los niños cuando reciben dinero sólo quieren hacer una cosa: gastarlo. Tienen poca paciencia y quieren recibir las cosas en el momento, pero también es cierto que muchos niños desconocen qué más cosas pueden hacer con el dinero que tienen. Por ello la primera lección que hay que darles es que al recibir el dinero tienen otras opciones. Una de ellas es compartir el dinero.
Compartir es una experiencia que nos enriquece, mejora nuestras habilidades sociales, contribuye al desarrollo emocional, nos ayuda a crear vínculos, se mejora la empatía, fomenta el desarrollo social y personal, nos hace entender la importancia de colaborar y ayudar.
Habla con tus hijos de la generosidad, pídeles que piensen en maneras de ser generosos, seguro que os sorprendéis juntos de la cantidad de formas diferentes que se puede ser generoso cotidianamente.
Doy y recibo, podemos dar bienes, cosas materiales que ya no nos son útiles, libros, ropa, juguetes. Podemos dar servicios, actividades que realizamos para los demás como ayudarle con los deberes, cuidarlos cuando están enfermos.
Explícales que pueden compartir con los demás su talento, lo que saben hacer muy bien y que puede ayudar a otros en un momento dado. Ayudando a sus hermanos o amigos a montar ese juguete que no sabe, a escalar ese árbol, a practicar ese deporte que se le da tan bien, etc.
A mí me gusta explicarles a los niños que hay algo muy valioso que tienen y que suelen darlo con bastante generosidad: su tiempo. Son generosos dando su tiempo de juego a sus amigos, por ejemplo.
El dinero también se comparte: puedes gastar para ti y también para los demás. Puedes comprar dos chuches, una para ti y otra para un amigo, un hermano, por ejemplo.
No se puede obligar a un niño a compartir. El niño tiene que estar preparado. Debe hacerlo por generosidad y no por obligación. Debes tener paciencia y hacerle ver los beneficios de compartir cosas. Puedes explicarle que es más divertido, o hacerle ver que a él también le dejaran los demás sus cosas.
La mejor forma de educar a los niños a que sepan compartir es con el ejemplo. Deja que tu hijo te vea compartir regularmente. Si tú compartes tus cosas, ellos lo verán como una conducta habitual y adecuada.
Explícales que lo más valioso son las personas, que al compartir algo a otra persona, estamos haciendo algo bueno por esa persona y que lo que compartimos tiene menos valor que la persona con la que estamos compartiendo.
“No importa cuánto das, sino cuánto amor pones en aquello que das” Madre Teresa de Calcuta.
Compartir es una experiencia enriquecedora, seguro que lo has hecho muchas veces y lo has podido comprobar. Así que, adelante, te animo a que lo sigas haciendo y enseñes a los niños a hacerlo.
Buena suerte.
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